miércoles, 15 de febrero de 2017

Los Cristeros del Volcán de Colima, "Viril Piedad Cristera"

LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMAVIRIL PIEDAD CRISTERACrónica del 6 al 27 de abril de 1927Viene de la edición anterior

Entre los actos de piedad que se recomendaban con todo encarecimiento a todos los grupos de soldados, estaba el rezo colectivo del Santo Rosario. Y el que esto escribe es testigo de la piedad y el fervor con que este acto se verificaba diariamente por las noches, aun en las circunstancias más desfavorables y angustiosas. 
Ni después de las fatigas de una batalla, ni siquiera después del cansancio y abatimiento tremendo de una huida, ni aun en las altas cimas de las montañas o en las crestas del Nevado, cuando hubo necesidad de escalarlo, ni aun teniendo de frente al enemigo, cuando se pasaba la noche tras la trinchera, se dejaba de recitar el Santo Rosario por todos los grupos de soldados. Casi siempre guiaba el Jefe y todos, con voz varonil, le contestaban.
Más todavía: aunque no estaba mandado, siempre este devoto ejercicio se verificaba de rodillas, sea en el suelo húmedo o fangoso de los valles, sea sobre terreno rocoso de las montañas o desfiladeros. Y, entre decena y decena, casi siempre se cantaba, por todos, alguna alabanza a la Santísima Virgen o a Cristo Rey.
¡Qué hermosos resonaban en el silencio de la montaña, salidos de aquellos viriles pechos, los cantares en honor de la Virgen María o los himnos a la Realeza de Cristo!

AMOR SUBLIME A JESUS

Al terminar el rezo del Rosario se recitaba diariamente el siguiente acto de contrición que es un poema, un monumento de grandeza, de fe y amor sublime a Jesucristo y a la Iglesia. Se ha creído que nació del corazón y la pluma del Maestro Anacleto González Flores. Helo aquí, textual e íntegro:

Jesús misericordioso, mis pecados son más que las gotas de tu preciosa Sangre que derramaste por mí. No soy digno de pertenecer al Ejército que defiende los derechos de tu Iglesia y que lucha por Ti. Quisiera nunca haber pecado, para que mi vida fuera una ofrenda agradable a tus divinos ojos. Lávame de mis iniquidades y límpiame de mis pecados. Por tu santa Cruz, por tu muerte, por mi madre Santísima de Guadalupe, perdóname. No he sabido hacer penitencia de mis pecados, por eso quiero recibir la muerte como un castigo merecido por ellos. No quiero luchar, ni vivir, ni morir, sino sólo por tu Santa Iglesia y por Ti. Madre mía de Guadalupe, acompaña en su agonía a este pobre pecador. Concédeme que mi último grito en la tierra y mi primer cántico en el cielo sea: ¡Viva Cristo Rey!

Al final de este cotidiano ejercicio, después del tradicional: Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo Sacramento del Altar y la limpia y pura Concepción de Nuestra Señora la Virgen María, Madre de Dios; concebida sin pecado y llena de gracia desde el primer instante de su ser natural. Amen, se terminaba con estas exclamaciones, que, con voz vibrante y fervorosa, hacían los cristeros:
¡Viva Cristo Rey! 'Viva Santa María de Guadalupe! ¡Viva el Papa!

Así, con tan santos y nobles principios, tuvo origen el Ejército Nacional Libertador, como oficialmente era llamado, o Movimiento Cristero, según la frase del pueblo.
CONTINUARÁ...





















¿DESEAS BAJAR A TU COMPUTADORA ESTA EDICIÓN COMPLETA?
DALE CLICK A ESTA IMAGEN

AQUÍ PUEDE BAJAR TAMBIÉN LA EDICIÓN DE ESTA FECHA, 
SOLO DE CLIC A CUALQUIER LOGO SIGUIENTE:


No hay comentarios:

Publicar un comentario